Nos guste o no, la mayoría de nosotros lleva un estilo de vida un tanto atropellado, en el que las prisas y la presión por llegar a cumplir los compromisos del día a día, nos persiguen propiciando estados de agitación y estrés.
Nos hemos acostumbrado a escuchar o pronunciar el mítico “no me da la vida” con tanta frecuencia, que acabamos quitándole importancia, sin darnos cuenta de que vivir en un estado permanente de alerta nos quita energía, nos vuelve irritables y, además, nos puede ocasionar graves problemas de salud.
La práctica frecuente del mindfulness nos puede ayudar a reducir los niveles de estrés y a mejorar nuestra calidad de vida. Una técnica milenaria, de la cultura oriental, que nos enseña a poner el foco en el momento presente. Teniendo como base la meditación, el mindfulness se centra en la enseñanza del dominio del cuerpo y la mente, para alcanzar un estado de consciencia que tiene como fin eliminar el sufrimiento y las emociones destructivas que de ello derivan, y así, conseguir el estado de felicidad deseado.
Aunque al principio te pueda costar un poco, sobre todo, si no estás acostumbrado a parar y relajar tu mente, con la práctica diaria empezarás a notar resultados en muy poco tiempo.
¡Resulta increíble los beneficios que nos pueden proporcionar tan sólo cinco minutos de respiración consciente!
Además, puedes practicarlo en cualquier lugar, también en tu puesto de trabajo, incorporando unos sencillos ejercicios. Como verás, no se trata de hacer grandes cambios, sino unos pequeños ajustes.
Evita observar lo que sucede en tu entorno
Tu centro de atención debe ser únicamente la tarea que estás ejecutando. Imagina que todo lo demás se pone en silencio: los murmullos de las personas alrededor, el compañero que abre una puerta o las notificaciones de tu teléfono, todos son factores distractores que te quitarán tiempo si lo permites.
Respiración consciente
Dedica unos minutos al día para enfocarte en tu respiración, observando cómo entra y sale el aire de tus pulmones. Como resultado, esta simple práctica puede ayudar a calmarte y a centrarte en el presente.
Escaneo corporal
Realiza un escaneo de tu cuerpo, prestando atención a las sensaciones en cada parte. Concretamente, esta práctica ayuda a liberar la tensión acumulada y a estar más presente.
Pausa mindful
Programa pausas breves durante tu jornada laboral. Durante ese tiempo, aprovecha para cerrar los ojos, respirar profundamente y tomar consciencia de tus sensaciones y pensamientos.
No a las multitareas
Aunque pareciera que este hábito brinda la sensación de ser más productivo, cuando tienes varias tareas en proceso, y al mismo tiempo, puedes perder la concentración con mayor facilidad. Colócate como meta un solo trabajo y pasa al siguiente solo cuando lo finalices.
Incorporar estas sencillas prácticas en nuestra rutina, te ayudaran a cultivar la calma, la claridad y la productividad ¿Comenzamos?