El aumento de la productividad en la empresa es uno de los objetivos más perseguidos en cualquier sector, independientemente de su tamaño o nivel de desarrollo.
Durante muchos años, se ha considerado sinónimo de la eficiencia en el trabajo de las personas que trabajan en la empresa. Sin embargo, hay que destacar que las propias compañías son igualmente responsables del desempeño de las personas y por ello, los directores de RR.HH y encargados de departamento, deben fomentar que los miembros de cada equipo destinen las horas de trabajo a lo que de verdad importa y corregir las posibles desviaciones que se puedan producir. No se trata de pasar muchas horas en el puesto de trabajo, si no de hacer el máximo posible en las horas acordadas.
Para conseguirlo, puedes poner en práctica una serie de herramientas y técnicas que te ayudarán a aumentar tu productividad y sentirte más a gusto en tu puesto de trabajo.
1-Time blocking
Es sencillo pero efectivo. Independientemente de que es lo que tengamos asignado para nuestro día, el time blocking consiste en reservar periodos de tiempo largos (más de una hora y media pero menos de 3) a trabajar en una o varias tareas determinadas sin interrupción.
2- Must, should, want
Esta técnica se basa en el establecimiento de prioridades y la forma en la que entendemos las actividades diarias para nuestra productividad laboral. Si lo traducimos sería algo así como tengo que, debería, quiero.
Con estos tres parámetros podemos armar listas clasificadas de la siguiente manera:
Tengo que coordinar una reunión con proveedores.
Debería analizar el reporte de ventas.
Quiero escribir un artículo para el blog.
Esto nos ayudará a visualizar aquello que verdaderamente importa, que es urgente o que nos reportará mayores beneficios.
3- La regla del 80/20
Conocida también como “el principio de Pareto” es una regla que surge de una investigación del economista italiano Vilfredo Pareto en 1906. Allí el científico logró descubrir que el 80% de los resultados de una actividad provienen del 20% del esfuerzo que uno genera.
De esta manera, esta regla nos ayudará a identificar cuáles son las actividades clave que realizamos y se traducen en mayor margen de ganancia y eficiencia y, en consecuencia, podremos optimizar estas tareas.
4- Comerse la rana
Afortunadamente no se trata de comer ningún animal. Eat the frog por su nombre original es una técnica de productividad que nace de una cita famosa del autor Mark Twain:
“Comete una rana a primera hora de la mañana y nada peor te sucederá durante el resto del día”
La frase parte de la premisa de que es preferible comenzar la jornada quitándonos de encima aquellos deberes que no sean tan placenteros para luego enfocar todas nuestras energías en tareas que nos agraden más.
5- Alicia en el país de las maravillas
Si recuerdas la película (o la novela) recordarás que la protagonista que describe Lewis Carrol se pierde en un mundo de fantasía al caer por un agujero de conejo. Los rabbit holes en lo que se refiere a productividad laboral son aquellas trampas que nos hacen perder la noción del tiempo.
Desde las redes sociales hasta las reuniones que no terminan en toma de decisiones, esta técnica es más que nada un mantra que nos ayuda a identificar esos momentos o actividades donde perdemos por completo el foco y nos desviamos de lo importante, con el fin de no incurrir en el mismo error.