La actitud que adoptamos en nuestro lugar de trabajo juega un papel determinante en nuestra carrera profesional. Nuestros actos nos definen, son un reflejo de nosotros mismos y están íntimamente ligados con nuestra motivación, productividad y compromiso con la empresa.
Además, dependiendo de la conducta que mostremos en el entorno laboral, disfrutaremos de unas relaciones más o menos satisfactorias y, nuestra propia percepción como integrantes de la empresa, será mucho más positiva cuanto más saludable sea nuestro comportamiento en ella.
Es imprescindible ser CONSCIENTES de los hábitos que practicamos diariamente para tratar de fomentar todos aquellos que nos sumen y evitar los que afecten negativamente a nuestra imagen y a la calidad de las relaciones interpersonales.
A continuación, te mostramos 7 malos hábitos que deberías evitar a toda costa.
1. Ser negativo y quejarse por todo.
Aparte de no ser bueno para tu futuro laboral, inconscientemente estarás creando un ambiente tóxico que no beneficia a nadie. En todos lugares de trabajo hay problemas y recrearse en ellos no los resolverá. Plantéate qué puedes hacer para aportar soluciones y evita las quejas gratuitas.
2. Criticar a jefes y/o compañeros.
Hablar a espaldas de los demás no contribuye a construir una buena reputación profesional. Difundir críticas fomenta un mal ambiente de trabajo y ser el precursor de esos comentarios provocará el rechazo de muchos colegas. Al fin y al cabo, cualquiera podría ser el próximo.
3. Dedicar tiempo en el trabajo a temas personales.
Desde curiosear en tus redes sociales a hacer compras ‘online’. Evita mirar el móvil si no es imprescindible. Tu salud mental te lo agradecerá. Estarás más enfocado en las tareas pendientes y las terminarás antes.
4. Decir sí a todo lo que te pidan.
Evalúa tu tiempo antes de aceptar una nueva tarea y serás más efectivo en lo que hagas.
5. Caer en las odiosas comparaciones.
Compararte con otros compañeros no te va a proporcionar ninguna satisfacción. Pensar en diferencias de sueldo y tratos de favor, sólo te provocará frustración e infelicidad, así que trata de evitar este tipo de pensamientos rumiantes.
6. No expresar cómo te sientes.
Es imprescindible una comunicación fluida tanto con jefes como con compañeros. Callarse las opiniones sobre el trabajo acaba provocando un ambiente de insatisfacción permanente, que puede derivar en insomnio, ansiedad y bajas laborales.
7. No desconectar.
Vivir permanentemente pendiente del trabajo fuera de tu horario laboral te puede provocar estrés y está ligado a consecuencias negativas: desde la bajada de productividad a una menor satisfacción con el trabajo e incluso, problemas de salud. Trata de desconectar haciendo alguna actividad que te guste y te mantenga la mente ocupada. El trabajo es importante, pero más importante eres tú.