La asertividad es una habilidad personal que debemos incorporar en nuestro día a día para saber gestionar lo mejor posible opiniones y sentimientos. Es la capacidad para expresarlos de forma honesta y clara, pero con respeto hacia los demás, sin hostilidad, ni agresividad.
A lo largo de la jornada laboral interactuamos con diferentes personas y nos enfrentamos a distintas situaciones en las que nos estamos comunicando continuamente a través de la palabra y del lenguaje no verbal, aunque en muchas ocasiones no somos conscientes.
Practicar una comunicación asertiva es imprescindible para entablar relaciones que se basen en la aceptación, el respeto y la empatía. Es fundamental que defendamos nuestras ideas y posiciones, pero teniendo siempre en cuenta que otras personas pueden discrepar de nuestra opinión.
A continuación, te mostramos 6 claves para mejorar tu asertividad:
Confía en ti mismo
Mantén una confianza firme en tus propias convicciones, habilidades y objetivos. Al aprender a confiar en nosotros mismos, la asertividad será una característica bien forjada en nuestra personalidad.
Cuida tu autoestima
Cultiva una sana autoestima, aprende a aceptar los errores y disfrutar de las victorias y los logros. La conducta asertiva nos indica que todos tenemos derecho a equivocarnos, pero también debemos recuperarnos de los fracasos.
Conoce tus puntos débiles
El ser consciente de tus limitaciones y puntos débiles jugará un punto a tu favor en aquellas situaciones que pueden hacerte perder la paciencia y la tranquilidad. De esta forma, si uno de tus compañeros de trabajo o tu propio jefe intenta traspasar tus límites, podrás controlar tus emociones, mucho antes de que la situación empeore.
Relaciónate desde la empatía
Ten la capacidad de ponerte en el lugar de tu interlocutor, así será mucho más sencillo entender su punto de vista. Cuando una persona se siente escuchada y comprendida, su estado de defensa disminuye la intensidad, abriéndose al diálogo consensuado y productivo.
Habla en primera persona
Al hablar en primera persona y evitar generalizar, dejarás claro que se trata de tus opiniones, deseos o necesidades, estableciendo una comunicación mucho más clara y cercana.
Cuida tu lenguaje corporal
El lenguaje corporal es una parte fundamental dentro de los procesos comunicativos, ya que puede significar hasta el 90 % de la comunicación, por lo que no solo es clave cuidar las palabras sino también la gesticulación y expresión corporal. Decir una cosa y expresar otra con los gestos suele confundir toda la comunicación pasivo-agresiva destruyendo la posibilidad de entendimiento entre las personas.